Persecución de cristianos en Laos

Laos, es uno de los pocos países marxistas del mundo, se encuentra en el sur de Asia y ocupa el puesto 20º en la Lista Mundial de Persecución 2020 (LMP). Los tres tipos de persecución que prevalecen en el país son: opresión comunista y poscomunista, paranoia dictatorial y antagonismo étnico. La opresión se debe al hecho de que el país se aferra a la ideología comunista y en consecuencia, se opone estrictamente a cualquier influencia considerada extranjera u occidental.

En julio de 2019, Laos anunció una nueva ley contra lo que considera "noticias falsas", según la cual todas las páginas web privadas de noticias en línea, una fuente importante de información para un número cada vez mayor de laosianos, deben estar registradas.

Laos con una fuerte minoría formada por el pueblo hmong (más del 9%), se veía afectada por la política de su gran vecino Vietnam de reprimir a los hmong, muchos de los cuales son cristianos. Sin embargo, la violenta insurgencia étnica y los esfuerzos por la independencia terminaron cuando el líder hmong fue arrestado en 2007 en los Estados Unidos. El gobierno de Laos está más centrado en mantener bajo control a los disidentes percibidos en el país que a las amenazas externas.

Provincias como Luang Namtha, Phongsali y Hophan en el norte (donde también se concentra la minoría hmong) y Savannakhet en el sur han sido tradicionalmente lugares difíciles para los cristianos, ya que las autoridades locales en estas áreas todavía parecen muy decididas a poner fin a cualquier testimonio cristiano.

A continuación, descubre el puntaje que llevó a Laos a la posición 20º en LMP 2020. El puntaje de violencia aumentó de 4.1 en LMP 2019 a 5.6 en LMP 2020, a medida que se obtuvieron más registros de iglesias atacadas y destruidas.

El comunismo, el animismo y el budismo obstaculizan la presencia cristiana en Laos

Para mantener el control, el Partido Comunista ejerce presión sobre la sociedad, incluida la pequeña minoría cristiana. El partido tiene una visión negativa de los cristianos, los considera agentes y enemigos extranjeros. El cristianismo es visto como una ideología occidental que desafía al comunismo. El gobierno de Laos controla todos los medios, como los periódicos y la radio, y mantiene un estrecho control del país.

El gobierno de Laos es reservado y nadie fuera del ciclo interno de líderes sabe exactamente lo que está sucediendo. Los cristianos tienen que ser extremadamente cuidadosos cuando comparten la fe. Deben seguir las reglas y límites establecidos por el gobierno para evitar una reacción negativa de los oficiales. Las autoridades locales siempre usan la actitud hostil de la sociedad hacia los cristianos para justificar su monitoreo.

El animismo y otras prácticas tribales se observan en las aldeas, principalmente en las zonas rurales, que representan alrededor del 60% del territorio del país. Abandonar estas prácticas tribales para seguir la fe cristiana se considera una traición. Tanto los líderes de la aldea como la familia ven que es necesario expulsar a los cristianos de sus comunidades, ya que temen que la fe "extranjera" enfurezca a los espíritus guardianes. También se sabe que los funcionarios locales obligan a los cristianos a negar la fe, y algunas veces piden a los funcionarios locales que arresten a los cristianos sin justificaciones contundentes. 

Laos, también es uno de los cinco países que siguen el budismo Theravada, que es la tradición más antigua del budismo. La fe budista está profundamente arraigada en la sociedad. Existe una creencia compartida de que Laos y el budismo están inextricablemente vinculados y que el budismo siempre debe tener la supremacía en el país. El objetivo de los líderes budistas es mantener el país "puro" y el objetivo de los líderes políticos comunistas es mantener el control. Estos dos factores se complementan bien, ya que ambos quieren dominar a la sociedad y evitar desviaciones de las leyes.

Lee también:

Cristiana es rechazada por su esposo en Laos

La difícil decisión de ser cristiano en Laos

Nuevos cristianos en Laos enfrentan hostilidad