80 latigazos y otras sentencias brutales para los cristianos en Irán

La mañana del domingo 22 de julio, 10 policías iraníes llevaron a cabo una batida en la casa del pastor Yousef Nadarkhani en la ciudad de Rasht, en el norte de Irán, y los atacaron brutalmente a él y a su hijo adolescente, Danial.

Cuando Danial abrió la puerta y comenzó a llamar a su padre, los oficiales lo atacaron con un arma de electroshock, dejándolo inmóvil. Cuando Yousef entró, lo atacaron con la misma arma y luego lo golpearon, a pesar de que Yousef y su hijo "ofrecieron resistencia", dijo Kiaa Aalipour, de la agencia de noticias World Watch Monitor.

Yousef, un cristiano ex musulmán, cumple ahora una sentencia de 10 años en la prisión de Evin (también conocida como el "agujero oscuro del mal") en la ciudad capital de Teherán, condenado por "actuar en contra de la seguridad nacional" administrando iglesias. La sentencia por este crimen es de seis años de prisión. Según los informes, el pastor, de 39 años, estuvo en cuarentena en un barrio conocido por sus condiciones difíciles y antihigiénicas, donde los “presos arrestados por crímenes de conciencia" a menudo son llevados con "el único propósito de ser castigado”.

El líder de la iglesia, Mohammadreza Omidi, también fue sentenciado a 10 años, junto con Yousef, y también recibió 80 latigazos por beber vino durante la comunión. Él está cumpliendo su sentencia de 10 años en la prisión de Evin mientras espera el resultado de su apelación contra los golpes inminentes.

Los pastores se encuentran entre muchos cristianos iraníes que en los últimos meses han sido arrestados y encarcelados, generalmente acusados de "actuar en contra de la seguridad nacional". En Irán (décimo colocado en la Lista Mundial de la Persecución), ser iraní y expresar su fe cristiana, especialmente cuando esa expresión implica ser parte de una iglesia doméstica, es una invitación inevitable al arresto, seguido a menudo de penas de prisión.

Para ayudarte a orar específicamente por los prisioneros cristianos en Irán y aquellos que esperan el veredicto de sus apelaciones, hemos compilado una lista de peticiones de oración por aquellos que, en este momento, están sufriendo tras las rejas porque "no se avergüenzan del evangelio" (Romanos 1:16) y, como el Apóstol Pablo, arriesgan sus vidas para contarles a otros sobre el Jesús, quién transformó sus corazones y vidas.

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